Los meses de Septiembre y Octubre concentran dos momentos muy fuertes de vivencia y unión franciscana:
- El 17 de Septiembre, revivimos la impresión de las llagas a N. P . San Francisco en el Monte Alvernia.
Día de celebración y de renovación de los votos para todas las hermanas que nos consagramos a Dios en ese día.
Desde aquí unión de oraciones con todas las hermanas que renuevan.
De manera especial con nuestra hermana senegalesa
residente en nuestra comunidad de Madrid : Anna Thiaw. Anna que el Señor derrame en tu corazón todo lo que tú necesitas, te llene de su alegría y paz.
-Otro día, grande: 4 de Octubre, S. Francisco de Asís. Con la celebración de víspera del tránsito de S. Francisco. Nos disponemos también a celebrarlo en la sencillez y alegría franciscanas.
- Y, para nosotras, las franciscanas misioneras de María, otro día: el 27 de Octubre celebramos el nacimiento al Cielo de nuestra hermana Teresalina de Zubiri, que en el 1947 entregó su vida por la conversión de Cachemira, donde murió asesinada por hordas de rebeldes, en un hospital donde ella, enfermera, atendía a enfermos y heridos.
En marcha hacia la preparación de la jornada de oración por la PAZ
en el Espíritu de Asís.
El sábado iniciamos la preparación de la Oración por la Paz en nuestra zona de Huelva.
Iremos informando pertinentemente.
CELEBRACIÓN DEL ESPÍRITU DE ASÍS
27 DE OCTUBRE DE 2008
“Ciudadanía franciscana, una ciudadanía para la Paz”
(Sugerencias para la ambientación del lugar celebrativo en el guión de la celebración)
Saludo (lo lee un monitor)
Paz y Bien de parte del Hermano Francisco.
Sed todos bienvenidos a esta celebración en la que la familia franciscana recuerda, un año más, el encuentro convocado por Juan Pablo II en Asís para orar por la Paz en el mundo. Aquel encuentro fue un gesto profético, ya que se reunieron en Asís los representantes de las distintas confesiones cristianas y los líderes de las principales religiones del mundo.
Herederos de este espíritu, nos reunimos en esta tarde para pedir al Señor que nos conceda ser instrumentos de paz y reconciliación en nuestro mundo. Pero esta vez queremos centrar nuestra oración en la realidad más cercana, aquella en la que vivimos y en la que nos toca ser testigos del Evangelio y herederos del mensaje de Francisco.
Queremos traer a esta oración a nuestro barrio, nuestro pueblo, nuestra ciudad… Con esto no nos olvidamos de las amenazas que, a nivel mundial, sufren pueblos y naciones enteras que ven cómo la paz y la justicia son un sueño casi inalcanzable.
Que el Buen Dios nos haga descubrir nuestro compromiso que como cristianos y franciscanos tenemos con la ciudadanía de la que formamos parte. Ciudadanía Franciscana, una Ciudadanía para la Paz
CANTO: SOMOS CIUDADANOS
1.-Somos ciudadanos de un mundo
que necesita el vuelo de una paloma,
que necesita corazones abiertos
y está sediento de un agua nueva.
Por eso estamos aquí,
conmigo puedes contar,
y dejaré mi equipaje a un lado
para tener bien abiertas las manos
y el corazón lleno de sol.
2.-Somos ciudadanos de un mundo
que clama día y noche por su libertad,
que permanece en la oscura tiniebla
del hambre, el odio, la guerra.
Por eso estamos aquí…
3.-Somos ciudadanos de un mundo
que fue creado como una casa de todos,
como el hogar de una gran familia
donde todos viven en paz.
Por eso estamos aquí…
(Se puede invitar a la recitación a personas inmigrantes que estén presentes. La lectura ha de ser
pausada. Se puede poner una música de fondo y si los medios lo permiten, se pueden proyectar imágenes de esas realidades que deseamos cambiar en nuestro barrio, pueblo, ciudad)
Cuando la ciudad es Babel,
Cuando el día ya no es aliento ni ritmo sino horario,
Cuando el hombre fabrica, pero no crea,
Cuando el otro no es más que un extranjero,
Cuando el vecino es sólo un desconocido, un inoportuno,
Cuando golpea el paro y el provecho propio es lo que vale,
Cuando el dinero es la respuesta de todo
Ciudadanía Franciscana, una Ciudadanía para la Paz
Cuando reina la indiferencia,
Cuando todo es relativo,
Cuando todo se derrumba según se va construyendo,
Cuando las iglesias son sólo monumentos,
Cuando a los que construyen se les llama utópicos.
Cuando los peregrinos de Dios son ridiculizados,
Cuando las voces de los profetas de nuestro siglo han callado,
Cuando el Reino está oculto,
Cuando nada es un signo,
Cuando esta ciudad es la nuestra;
Cómo no tener miedo
Cómo no buscar seguridad, certeza,
Cómo no desear la evidencia donde al fin Dios responda,
Cómo no ser Elías, el profeta, que huye al desierto donde Dios le hablará
con claridad.
Nuestro desierto será la ciudad,
nuestro Horeb, la iglesia.
En esta búsqueda, un pueblo se reúne, marcado por la realidad de esta ciudad: el pueblo de Dios.
En la búsqueda de la evidencia de Dios en una ciudad donde todo grita su ausencia, hay una humanidad que se dejan interrogar por la oración.
En el seno mismo de la ausencia interpelante de Dios en la ciudad, se revela la presencia de OTRO.
Este Otro nos envía a dar testimonio, a construir un mundo más fraterno y más justo.
Hoy el Señor nos invita a introducir la oración en la ciudad y la ciudad en la oración:
La ciudad es Babel, pero es también Jerusalén
Ciudadanía Franciscana, una Ciudadanía para la Paz
En unos momentos de silencio pensamos en todas las personas que han habitado y habitan esta ciudad esta ciudad, en lo que han gozado y sufrido en ella. Recorremos con nuestras mentes, las calles, los barrios, las plazas, los edificios más emblemáticos y los monumentos que admiramos.
Todo ello es el resultado de su trabajo, de sus ilusiones, de su fe, de sus ganas por construir un barrio, un pueblo, una ciudad más hermosa y más humana.
Dejémonos penetrar por el misterio de la existencia humana, de la anónima comunicación entre unos y otros. Rezamos por todos ellos de forma agradecida.
LAUDATE OMNES GENTES,
Dios tenga piedad y nos bendiga,
nos muestre su rostro brillante,
para que conozca la tierra sus caminos,
todas las naciones su salvación.
LAUDATE OMNES GENTES,
LAUDATE DOMINUM…
¡Que te den gracias los pueblos, oh Dios,
que todos los pueblos te den gracias!
Que lo celebren jubilosas las naciones
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra
La tierra ha dado su cosecha:
nos bendice Dios, nuestro Dios.
Nos bendice Dios: que lo respeten
todas las naciones de la tierra.
LAUDATE OMNES GENTES,
LAUDATE DOMINUM…
LECTURA FRANCISCANA
Restablece la paz entre el obispo y el «podestà» de Asís 84. En este mismo tiempo, estando
enfermo y predicadas y compuestas ya las alabanzas (22), el obispo a la sazón de Asís excomulgó al podestà (23); éste, enemistado con aquél, había hecho, con firmeza y de forma curiosa, anunciar por la ciudad de Asís que nadie podía venderle o comprarle, ni hacer con él contrato alguno. De esta forma creció el odio que mutuamente se tenían. El bienaventurado Francisco, muy enfermo entonces, tuvo piedad de ellos, particularmente porque nadie, ni religioso ni seglar, intervenía para establecer entre ellos la paz y armonía.
Dijo, pues, a sus compañeros: «Es una gran vergüenza para vosotros, siervos de Dios, que nadie se preocupe de restablecer entre el obispo y el podestà la paz y concordia, cuando todos vemos cómo se odian». Por esta circunstancia añadió esta estrofa a aquellas alabanzas:
«Loado seas tú, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor
y soportan enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos que las sufren en paz,
pues de ti, Altísimo, coronados serán».
Después llamó a uno de sus compañeros y le dijo: «Vete donde el podestà y dile de mi parte que acuda al obispado con los notables de la ciudad y con toda la gente que pueda reunir».
Cuando todo el mundo estaba reunido en la plaza del claustro del obispado, los dos hermanos se levantaron y uno de ellos tomó la palabra:
«El bienaventurado Francisco ha compuesto en su enfermedad las alabanzas del Señor por las criaturas para gloria de Dios y edificación del prójimo. Él os pide que las escuchéis con gran devoción». Y empezaron a cantarlas. El podestà en seguida se pone en pie, junta sus brazos y manos y con gran devoción y hasta con lágrimas escucha atentamente como si fuera el Evangelio del Señor, pues sentía hacia el bienaventurado Francisco gran confianza y veneración.
Señor Jesucristo y de su siervo el bienaventurado Francisco, estoy dispuesto a daros por todas mis ofensas la satisfacción que deseéis». El obispo le tendió las manos y le levantó, diciendo: «Mi cargo exige en mí humildad, pero tengo un carácter pronto a la cólera; te pido me perdones». Los dos se abrazaron y besaron con gran ternura y afecto.
En alabanza de Cristo y de su siervo Francisco. Amén
Monición (la lee un monitor)
“La violencia es unas veces pura y dura (guerras, terrorismo, represión por motivos políticos y religiosos, refugiados,...), y otras viene camuflada (hambre, carrera armamentística, globalización de la injusticia,...)
Lectura (Lc 6, 27-32) (lo lee el que preside la celebración)
Yo os digo a vosotros que escucháis: amad a vuestros enemigos: haced el bien a los que os odian; bendecid a los que os maldicen; orad por los que os calumnian. Al que te hiere en una mejilla, ofrécele también la otra; al que te quita el manto, no le niegues la túnica. Da a quien te pide y no reclames a quien te roba lo tuyo. Tratad a los hombres como queréis que ellos os traten a vosotros.
Palabra del Señor
Silencio
(Esta oración se hace a dos coros. Un monitor va leyendo la bienaventuranza haciendo una pausa para que otros miembros de la asamblea vayan colocando en el mural o en el lugar donde se haya
simbolizado la ciudad, los símbolos que representen a los que se hace mención en cada una de las estrofas)
(Monitor) BIENAVENTURADOS...
(Todos)
Señor, que tu voz resuene en el corazón de todos los hombres y mujeres,
llamados a seguir el camino de la reconciliación y la paz, y a ser misericordiosos como tú.
Señor, tú diriges palabras de paz a tu pueblo y a todos los que se convierten a ti de corazón.
Te pedimos por nuestro (barrio, pueblo, ciudad) ayúdales a derribar las barreras de la hostilidad y de la división y a construir juntos un mundo de justicia y solidaridad.
(Todos) Señor, tú creas cielos nuevos y una tierra nueva.
Te encomendamos a los jóvenes de todo el mundo.
Concédeles sabiduría, clarividencia y perseverancia; no permitas que se desanimen en su ardua tarea de construir la paz edificada en la justicia, que desean todos los pueblos.
(Monitor) ...PORQUE SERÁN LLAMADOS...
(Todos)
Padre misericordioso, que todos los creyentes, de cualquier confesión y religión encuentren la valentía de perdonarse unos a otros, a fin de que se curen las heridas del pasado y no sean un pretexto para nuevos sufrimientos en el presente.
A la Madre de Jesús, la bienaventurada siempre Virgen María, le encomendamos a los hombres y a las mujeres que viven en esta tierra.
Que, con un solo corazón y una sola mente, trabajen para que (nuestro barrio, nuestro pueblo, nuestra ciudad) sea una verdadera casa para todos sus pueblos.
(Monitor) …HIJOS DE DIOS.
(Todos) ¡Paz! ¡Paz! ¡Paz!
Amén.
Gesto de paz (El que preside la celebración):
Como signo del compromiso por una ciudadanía pacífica, nos damos un abrazo fraterno como gesto de paz y de acogida deseándonos la paz y el bien del hermano Francisco.
Canto: PAZ EN LA TIERRA.
Paz en la tierra.
Paz en las alturas.
Que el gozo eterno reine
en nuestro corazón. Bis
1.-Da la paz, hermano, da la paz.
Constrúyela en tu corazón
y con tu gesto afirmarás
que quieres la paz.
Que tu paz, hermano, sea don.
Es el mejor signo de amor
que tú nos puedes ofrecer.
Abrazo de paz.
ORACIÓN CONCLUSIVA (La recitan todos juntos)
Oración de san Francisco
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Donde haya odio, ponga yo amor.
Donde haya ofensa, ponga yo perdón.
Donde haya discordia, ponga yo unión.
Donde haya error, ponga yo verdad.
Donde haya duda, ponga yo fe.
Donde haya desesperación, ponga yo esperanza.
Donde haya tinieblas, ponga yo luz.
Donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh Maestro! que yo no busque tanto:
Ser consolado, como consolar.
Ser comprendido, como comprender.
Ser amado, como amar.
Porque:
Dando, se recibe.
Olvidándose, se encuentra.
Perdonando, se alcanza perdón…
Y muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén.
De momento para los que asistan a la preparación va el documento base de la oración
1 comentario:
¡¡FELICIDADES A LA FAMILIA FRANCISCANA EN GENERAL Y, A LA PRIMERA CASA DE ANDALUCÍA (POZO DEL CAMINO) DE LAS FMM EN PARTICULAR, POR ESTA NUEVA VENTANA AL MUNDO FRANCISCANO!!
QUE LA VIRGEN AUXILIADORA OS HAGA LLEGAR A BUEN PUERTO EN ESTA NUEVA Y APASIONANTE SINGLADURA.
PARAFRASEANDO A SANTA TERESA DE JESÚS, DIOS, ESTÁ TAMBIÉN EN LA RED, ADEMÁS DE EN LOS PUCHEROS.
OS QUIERE, UN SALESIANO DE MARÍA AUXILIADORA.
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